jueves, 28 de octubre de 2010

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Me gustaría estar en mi casa, en cambio, estoy aquí. Aquí hace frío, este no es un sitio en el que me guste estar. En muchas de las 24 horas que tiene un día me gustaría no formar parte de cosas que he hecho, pero lo más importante de hacer algo es saber admitirlo. Me gustaría simplemente no estar donde no encuentro ninguna respuesta, y sin embargo, aquí me encuentro:
 - ¿Y tú quien eres?
  Me pregunta. ¿Qué quien soy? Ese tipo de preguntas son las que me pueden con todas sus fuerzas. Las que me baten contra la pared, las que me duelen.
- No lo se.
No me gusta tener que admitir esto último. Por momentos perdemos creedibilidad, por momentos perdemos fuerzas, por momentos perdemos mil batallas.
 - ¿Qué lugar es este? .- Seguí, tras contestarle mi pregunta.
Donde quizás llegues a encontrarte. Esa persona no me contestó, pero sin embargo, lo supe de alguna extraña manera. Se fue, sin decirme nada. Sin decirme como salir de aquel lugar.
Y de repente hayé la solución.
Yo soy yo. En contra de lo busquen y lo que quieran, de lo que les guste o lo que no. Yo soy yo, con mis cosas y mis manías.


Gé.

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