miércoles, 3 de noviembre de 2010

Como en casa.

Entró en su casa. Aquel lugar en el que nunca se había sentido agusto. Hacía frío y todo estaba polvoriento. Las cortinas pasadas, las ventanas cerradas, la puertas también... Todo tal y como lo había dejado. Se veía a simple vista que nadie había entrado allí desde que él se había ido dando un resonante portazo. Con ese portazo había deseado mil veces cerrar algo más que una puerta. Había deseado dejar al otro lado de la puerta todos los recuerdos que aquellas habitaciones guardaban, había deseado olvidarlo todo y lo que más había deseado era no tener que traspasar el marco de esa puerta otra vez, jamás.
Todo había ido bien al principio. Todos sus deseos se habían cumplido. Poco a poco fue olvidando, hasta que de repente todo se arruinó. Toda su nueva vida construída sobre su pasado, sepultándolo, se había derrumbado, dejando al descubierto secretos y dolorosos recuerdos que de haber podido habría quemado uno a uno disfrutando al verlos arder.
Estaba allí de nuevo, las circunstancias lo habían obligado. Despues de tanto tiempo, había vuelto. Había abierto el baúl de su vida y ahora sabía que no tendría oportunidad de cerrarlo. No podía remediarlo.
Todo estaba como lo había dejado a excepción de una cosa: su valor. El valor con el que había abandonado ese lugar hace tanto tiempo con la intención de no regresar. El valor con el que lo había dejado todo atrás. Ahora ese valor se desvanecía sin dejar rastro, mientras la covardía ocupaba su espacio. Su pasado lo atrapaba. No podría irse otra vez.
Sí, estaba en casa, pero no se sentía como en casa.

Án.

lunes, 1 de noviembre de 2010

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Amarte hasta el final de nuestras vidas, y aún cuando todo se acabe y no seamos más que huesos, te seguiré amando, de alguna manera, por algún motivo. El motivo es que esto es para siempre.

viernes, 29 de octubre de 2010

Decepción.

Una de las palabras más utilizadas de nuestra lengua. Motivo de muchos enfados.
Sentirse decepcionado es una de las sensaciones más dolorosas que existen. Es pegarte con la verdad de frente, y que no te quede más camino que uno, la huida. Escapar. Correr. Sin mirar atrás. Nunca.
No mirar nunca atrás para no encontrar nunca tu recuerdo, ni siquiera una pequeña sombra de la silueta  que fuiste, y que por mucho dolor que causes, siempre serás.
Decepción es sentirse traicionado elevado al superlativo. Es caerse, hacerse daño, recuperarse de la caida y una vez tras otra, caer.
Es que te duela hasta el fondo del latir de tu corazón. Es el decir "¿Cómo he sido tan estúpida?". Pero sin darte cuenta, volver a estar en el mismo vórtice de agonía, de no saber cual es el motivo por el cual sigues ahí clavado, sin poder salir.
La decepcion es un concepto infantil, pues si fuesemos un poco más maduros ni nos plantearíamos todas esas situaciones por lo que se nos da a cambio. Por otro lado, solo una mente infantil podría ver nacida su felicidad en cosas tan pequeñas como en lo que viene despues de la decepción. Como muchos dicen, despues de la tormenta siempre vuelve la calma.  

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Qué ironía, no?

Una historia de amor tan increíble como cierta. Tan dolorosa como la distancia. Tan real como la propia vida. Tan cálida como el más tierno de los besos.
Una historia inolvidable. Dos pares de ojos mirándose. Empapados en lágrimas y gotas de lluvia, gozan de la felicidad de poder mirarse por primera vez desde una última. Una mirada de la que pensaban que jamás volverían a disfrutar.
Una historia tan INFINITA como su amor...
                                   Y FIN.
¿Qué ironía, no? ;-

Án.

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Me gustaría estar en mi casa, en cambio, estoy aquí. Aquí hace frío, este no es un sitio en el que me guste estar. En muchas de las 24 horas que tiene un día me gustaría no formar parte de cosas que he hecho, pero lo más importante de hacer algo es saber admitirlo. Me gustaría simplemente no estar donde no encuentro ninguna respuesta, y sin embargo, aquí me encuentro:
 - ¿Y tú quien eres?
  Me pregunta. ¿Qué quien soy? Ese tipo de preguntas son las que me pueden con todas sus fuerzas. Las que me baten contra la pared, las que me duelen.
- No lo se.
No me gusta tener que admitir esto último. Por momentos perdemos creedibilidad, por momentos perdemos fuerzas, por momentos perdemos mil batallas.
 - ¿Qué lugar es este? .- Seguí, tras contestarle mi pregunta.
Donde quizás llegues a encontrarte. Esa persona no me contestó, pero sin embargo, lo supe de alguna extraña manera. Se fue, sin decirme nada. Sin decirme como salir de aquel lugar.
Y de repente hayé la solución.
Yo soy yo. En contra de lo busquen y lo que quieran, de lo que les guste o lo que no. Yo soy yo, con mis cosas y mis manías.


Gé.

WE ARE!

No voy a ser muy extensa aquí. Nos llamamos Gemma y Ángela (Por ese orden en la foto) Ambas tenemos 15 años y somos de Monforte de Lemos.
Este blog ha sido creado para, únicamente, hacer una de las cosas que más nos gusta, que es escribir.
Así que, lo dicho.

ATT: GÉ.